La inmunidad del ser Psicólog@

¿Cuántos de ustedes son inmunes al estar expuestos diariamente a infinidad de problemas y trastornos psicológicos? ¿Son inmunes a las emociones, a los sentimientos, a los pensamientos efermos? ¿Cuántos de ustedes utilizan mecanismos más allá de los propios mecanismos de defensa? ¿Cuántos de ustedes buscan el apoyo terapeútico de un colega para el manejo de la carga emocional que produce el atender a nuestros pacientes? And so on...

En la búsqueda de una supuesta inumidad, pudieramos hacer un símil entre los tipos de inmunidad (presentes en el cuerpo y propuestos por la Medicina) y los procesos mentales y emocionales por los que atraviesa un terapeuta... Encontramos que la inmunidad responde a dos tipos de proceso: adaptativo e innato.

La Inmunidad Innata es aquella que se construye a través de la identificación de patrones en el ambiente.

La Inmunidad Adaptativa a su vez se divide en Natural y Artificial, estas últimas se subdividen en Activa y Pasiva.

La Inmunidad Activa hace referencia a procesos que protejen por periodos largos de tiempo, inlcuso durante toda la vida, mientras que la Inmunidad Pasiva dura solo unos meses o aún periodos más cortos.

La respuesta inmune, ya sea psicológica, emocional, mental o incluso fisiológica, se presenta siempre que exista un agente que amenace nuestra integridad... en este caso puede tratarse de una amenaza real o no. 

Así como puede protegerse al cuerpo mediante vacunas y otras medidas preventivas, es nuestra responsabilidad como profesonales de la salud mental, cuidarnos de todo aquello que puede amenazar nuestra integridad. De manera natural poseemos ciertas herramientas, sin embargo, habrá otras que será necesario desarrollar, ya sea a lo largo de nuestra experiencia académica o nuestro desempeño profesional y laboral.

¿Somos inmunes por el hecho de haber estudiado Psicología? Nada más alejado de la verdad...

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Teoría de las Necedades Básicas

Siguiendo esta nueva tendencia de lo digital, aparecen también nuevas necesidades... lo de nuevas es un decir, ya que estas necesidades han estado presentes desde hace tiempo. Es así que las necesidades básicas evolucionan en lo que hoy llamaremos Necedades Básicas -por ponerle un nombre aleatorio, no relacionado con el tema (ajá)-.

En este símil gráfico, del cual abundan ejemplos en internet, se relacionan las principales aplicaciones y redes sociales con las necesidades identificadas por Abraham Maslow alrededor de 1940. 

Estas necesidades se encuentran ubicadas de menor a mayor importancia de la siguiente manera: 

... Fisiológicas

... de Seguridad

... Sociales

... de Autoestima

... de Autorealización

El modo jerárquico, indica que el orden de satisfacción es importante, una vez satisfechas las necesidades de orden más bajo es posible satisfacer las siguientes en jerarquía.

Aunque el uso de aplicaciones o redes sociales pueda satisfacer ciertas necesidades humanas, su utilización (ya sea uso o abuso) puede generar la sensación de carencias y vacíos o la creencia de que su utilización es una necesidad más que básica, esto al grado de desarrollar síntomas psicológicos de nueva aparición; mismos que pueden llegar a ser comparados con los presentes en algunos trastornos de personalidad.

El mal uso de la tecnología se combina con problemas preexistentes conductuales, así como con factores perpetuantes que complican esta situación, pudiendo llegar a afectar todas las esferas en las que se desenvuelve el ser humano: relaciones interpersonales, hogar, escuela, trabajo, pasatiempos, etcétera. Es por ello que un tratamiento preventivo -como en la mayoría de los casos- es el más efectivo, aunque, al ser un tema relativamente nuevo, se desconoce su manejo terapéutico y el tipo de intervención familiar que resulte más efectivo.

Cuando se trata de adultos, el autocontrol, las responsabilidades y la madurez emocional habrán de jugar un papel muy importante, pero cuando se trata de adolescentes, la responsabilidad recae en los padres de familia o tutores, quienes habrán de servir de guía y apoyo -como sucede con otros temas-. El uso de la tecnología no tiene porque ser un motivo de conflicto, por el contrario, su utilización puede beneficiarnos de maneras nunca antes vistas, para que esto suceda es necesario tomar la responsabilidad que como usuarios nos corresponde.

Como profesionales, nuestro deber es estar al tanto de este tipo de situaciones y prestar atención a lo que nuestros pacientes nos refieren, solo ellos conocen el impacto que la tecnología les causa a nivel muy (muy, muy, muy) personal, al igual que otro tipo de experiencias que pueden llegar a tener un impacto profundo en la psique de cada individuo.

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La insoportable brevedad del ser [guap@]

En tiempos como los nuestros, en los que lo instantáneo y la inmediatez son cuestiones primordiales, pareciera que nos hacen falta siempre más horas para todo. ¿Vale la pena "ahorrar tiempo" en una terapia? ¿Será que la terapia convencional va perdiendo terreno frente a la terapia breve...

Primero lo primero, la Terapia Breve no es Terapia convencional manejada de forma exprés. Lo que regularmente se conoce como "Terapia Breve" es en realidad un enfoque terapéutico que lleva por nombre Terapia Breve Centrada en Problemas y como su nombre lo indica, el objetivo terapéutico es muy específico.

El tiempo de la terapia y el número de las sesiones, puede variar dependiendo del problema en cuestión, las necesidades del paciente, sus recursos personales y su evolución.

Ilustración: Elena Ferrándiz.

Este tipo de terapia puede tener una duración [aproximada] que va desde un mínimo de 4 sesiones, pudiendo extenderse hasta las 8 o 12 [hay quienes hablan de hasta 30 a 40 sesiones], durante 3 a 6 meses o inclusive años. Aunque la duración media depende del tipo de enfoque, esta decisión tendrá que ser tomada, idealmente, de común acuerdo entre el paciente y el terapeuta.

La Terapia Breve Centrada en Problemas surgió alrededor de 1980 en Estados Unidos de Norte América y posteriormente en el resto del mundo. Es por ello que de este tipo de terapia hayan surgido a la par, otras versiones que siguieron este método de intervención con modificaciones muy particulares.

Sin embargo, hay elementos comunes. Durante las sesiones, el centro de atención se encuentra en la resolución de conflictos específicos presentes en la vida del paciente y en los que habrá de ponerse la energía del paciente y del terapeuta, no es el objetivo ahondar de manera profunda en la historia personal de nuestro paciente como tampoco en su historia familiar.

Dentro de las ventajas que este tipo de intervenciones ofrecen, están la resolución de problemas que requieran una atención breve y muy específica, esto es, por ejemplo cuando el paciente reconoce cuál es el motivo de su consulta y este no requiere de un enfoque que lo aborde de manera extensa o muy profunda. También, el tener una meta muy concisa motiva al paciente a que se enfoque y comprometa en su tratamiento.

La Terapia Breve Centrada en Problemas puede ser una herramienta más de nuestro quehacer laboral, que como en cualquier otro tipo de intervención psicológica terapéutica, habremos de estar bien informados sobre los requerimientos profesionales de su utilización y de las ventajas [y desventajas] de su aplicación en cada caso en particular.

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¿La consulta virtual es solo para guap@s?

En estos tiempos de revolución tecnológica, la tendencia de consulta virtual ha aparecido y poco a poco va ganando terreno, ya sea por medio de una llamada telefónica, correo electrónico, chat, o vídeollamada, donde el protagonista es el tan socorrido skype. Las tarifas varían, podemos encontrar rangos desde:

Llamada telefónica, 400 a 600
Correo electrónico, 200 a 300    
Chat, 400 a 600                        
Vídeollamada, 450 a 600

*Tarifa en pesos mexicanos. Monto aproximado.

Las sesiones varían entre los 45 minutos usuales de una terapia presencial y los 60 minutos.

Este tipo de terapia puede resultar benéfica en casos específicos, mientras que para otros resultaría inapropiado, puesto que algunos elementos fundamentales de la terapia cara a cara se pierden en el ciberespacio.

La psicoterapia no puede negar una realidad que ha llegado para quedarse, aun más, si esta nos ofrece posibilidades antes inimaginables... no es necesario un consultorio, por lo cual los gastos se reducen (o deberían de reducirse), los recursos que podemos consultar en internet son cuantiosos, podemos llegar a pacientes con dificultades auditivas o de movilidad —o en otros países, idiomas, en zonas rurales, etc—, la comunicación puede ser asincrónica [como en el caso del correo electrónico]  o sincrónica [chat, skype, teléfono...] y un largo etcétera de posibilidades terapeúticas.  

Como profesionales de la salud debemos apegarnos a los lineamientos que nuestra ética profesional marca, para ello, es posible apoyarse en los organismos correspondientes que en cierta medida regulan —a través de acuerdos emitidos en consorcio— la manera correcta de actuar en nuestro ejercicio mediante el uso de estas tecnologías; puesto que este tipo de intervenciones no nos exime de cumplir los reglamentos propios de nuestra labor.

Aunque pueda parecer una práctica relativamente sencilla, la cual (lo recalco, en-a-pa-rien-cia) no requiere entrenamiento, conocimiento o estudios especializados, no debe tomarse a la ligera. Es nuestro deber actualizarnos constantemente, sobre todo en este tipo de cuestiones.

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Cómo verse guap@ en el consultorio

Aparte de ser la viva imagen de la guapura, somos la imagen de la salud mental. ¿Cómo lograrlo sin quedarnos en el intento? La vestimenta debe ser formal y profesional, sin embargo, esta no debe dar la sensación de "lejanía" con el paciente. Debemos estar cómodos pero al mismo tiempo presentables.

La ropa que usemos, los accesorios, el calzado y hasta el peinado deben ser discretos, no queremos que el paciente le ponga más atención a nuestro estilo que a lo que tenemos por decir.

No debemos olvidar que parte de nuestra imagen es nuestro propio cuerpo, si bien, trabajamos con nuestra mente, nuestro cuerpo es el vehículo que usamos para comunicar el mensaje que pretendemos dar. Si estamos cansados, si tenemos hambre, si estamos demasiado preocupados por alguna cuestión personal, es posible que nuestro rendimiento no sea el mismo y estemos transmitiendo al paciente nuestra incomodidad.

Pueden optar por un "uniforme" personal, elegir ropa cómoda, a su gusto y estilo, que sea adecuada para un ambiente formal de trabajo, y comprar el mismo conjunto repetido; esta es una forma de optimizar el tiempo disponible antes de salir a trabajar [y emplearlo en desayunar como es debido] y no quebrarse la cabeza en decidir cada día el atuendo.

El aseo y el arreglo personal son parte fundamental de una buena presencia, el cabello ordenado, las uñas cuidadas, los zapatos limpios, el aliento fresco... son un paso más hacia la confianza de nuestros pacientes.

Recuerden que la guapura también viene del interior, una sonrisa franca y una mirada amable harán las veces de base para establecer un buen rapport.

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